Era un rosal altanero
que rebosaba de flores,
todas frescas y olorosas
y de radiantes colores.
Entre la verde hojarasca
se refugió una de ellas,
la mas triste del rosal,
a la que ahogaban las penas…
Ella se sentía pequeña,
se sentía rota y marchita,
sentía que se secaba,
que se acababa su vida…
Llevaba tantas espinas
clavadas sobre su tallo,
que su color y alegría,
Ya se habían apagado…
Y volaba un ruiseñor
de belleza sin igual
y al ir descendiendo el vuelo,
en ella se fue a fijar…
Y al ver a esa triste rosa
escondida en la hojarasca,
sintió que en su noble pecho,
algo hermoso despertaba…
Y la rosa sorprendida
no llegaba a comprender,
que algo tan majestuoso
a ella fuese a querer…
Quien soy yo?...no valgo nada,
le dijo triste la rosa
y el ruiseñor contestó,
para mi…la más hermosa…
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